Generalmente, las ventanas de cualquier estructura construida son de aluminio gris (si ya tienen ciertos años), o colores que imitan la madera, y cada vez más las de PVC blancas o también imitando los dibujos o vetas de la madera natural. Hoy nos centraremos en su limpieza y cuidados para mantenerlas perfectas y como nuevas.
Aunque, no existe un tiempo determinado para hacer esta tarea, lo más aconsejable, con el fin de no acumular demasiada suciedad en ellas, es hacerlo una vez al mes, así evitaremos limpiezas más exhaustivas.
La limpieza de ventanas, independientemente del tipo de aluminio o esmalte de que estén fabricadas, es sencilla, ya que las características de sus materiales impiden que la suciedad penetre o se incruste en el material; no ocurre del mismo modo con las ventanas de madera que absorben más, y necesitan otros cuidados.
Cómo limpiar las ventanas más fácilmente
Independientemente que sean de aluminio o PVC, es suficiente con pasarlas una bayeta suave humedecida, simplemente con agua, para a continuación secarlo con otro paño seco. Hacer mezclas a base de productos caseros (vinagre, alcohol, limón, o bicarbonato), es económico y con muy buenos resultados.
Los útiles más eficaces son bayetas, paños de fibras, esponjas, e incluso papel siempre que no dejen restos de su propio material. Lo que no se debe hacer es utilizar productos abrasivos de forma directa sobre las superficies, ni tampoco la limpieza con paños secos ásperos, pues pueden provocar rayaduras a pesar de ser materiales resistentes. Tampoco se aconseja utilizar elementos metálicos, ya que producen rayas y levantan los esmaltes.
En el supuesto de que la ventana presente un aluminio ennegrecido y cargado de suciedad será suficiente hacer una mezcla de alcohol y agua en partes iguales. Pulverizar sobre la superficie, y con ayuda de una esponja pasarla por toda el área. Después, limpiar con paño absorbente seco y que no suelte pelusas; con estos sencillos productos quedan estupendas.
El mercado ofrece diversos productos que también dan buenos resultados, pero en ocasiones producen alergias o irritaciones dérmicas u oculares.
Paso a paso para una limpieza exhaustiva de la ventana
Las ventanas constan de varios elementos: persianas, marcos, herrajes, las partes abatibles con sus juntas y perfiles y, por sobreentendidos, los cristales; todos ellos necesitan de limpieza si queremos que no se deterioren. Comencemos limpiando de fuera hacia dentro.
- Las persianas también forman parte de la mayoría de los cerramientos de las ventanas. Su limpieza mejor realizarlas con ellas cerradas al completo. Pero, antes podemos ir pasando una escobilla de pelos flexibles con el fin de eliminar el polvo y suciedad que se deposita en las juntas a través de las ranuras.
- A continuación, expandir abundantemente nuestra solución limpiadora, o con algún detergente suave, pasar toda la persiana con la bayeta húmeda arrastrando la mayoría de la suciedad. Repetir en el caso de que quedasen bastantes restos. Después de tres o cuatro pasadas están perfectas.
- Los marcos son las armaduras que rodean el resto de elementos que componen las ventanas. Su color permanecerá inalterable durante muchos años, siempre que evitemos golpes o se produzcan arañazos, y limpiemos con bayeta humedecida en agua con vinagre, y secar con otra bayeta o paño seco. Las proporciones de la mezcla varían según nos moleste o no su olor agrio, aunque siempre se puede añadir zumo de limón.
- Del mismo modo y método podemos limpiar los cristales. Aunque, para los cristales en vez de paños humedecidos o secos, podemos utilizar papel (siempre que no suelte pelusillas). Las hojas de periódicos viejos, para evitar que suelten la tinta en los más recientes, dan unos resultados espectaculares, como si fueran invisibles, además de no tener que lavar los paños utilizados. Otro “truco” sería limpiarlos en el exterior con movimientos verticales, y por el interior en horizontal, así veremos por donde quedan los visillos y reflejos.
- Pero antes de los cristales limpiaremos los perfiles, juntas y partes abatibles. Para el aseo de estos nos serviría la misma emulsión de los mismos productos. Para las juntas, antes de humedecerlas, pasar un cepillo suave, o una brocha, para ayudar a eliminar pequeñas partículas que pueden hacer arañazos. Después de eliminar esto, pasa la bayeta húmeda y seca.
Para el mantenimiento de herrajes y mecanismos de apertura y cierre conviene, después de limpiar con agua y algún producto jabonoso suave, lubricarlos con aceites específicos para que en su manejo diario se utilicen con más facilidad, y alargar su duración.