Si te gustan las plantas, habrás oído decir en muchas ocasiones que el riego es vital porque un exceso de agua puede ser letal para ellas. Y es cierto. Sin embargo, la luz también juega un papel fundamental en la vida de nuestras plantas y muchas veces no le prestamos la atención necesaria.
Mediante la fotosíntesis, las plantas aprovechan la energía de la luz solar para absorber dióxido de carbono y convertirlo en azúcares -es decir, su alimento-. Si no reciben la luz suficiente, les falta energía. Y aunque en el corto plazo puede parecer un problema menor, en el medio-largo plazo puede afectar a la salud de la planta hasta el punto de debilitarla en gran medida.
¿Y entonces? ¿Tengo que poner todas al sol?
¡No! En la naturaleza, las plantas crecen en distintas ubicaciones y reciben los rayos del sol con una cantidad infinita de matices. Mientras que los cipreses tienden a recibir los rayos directos del sol en la totalidad del día (dada su forma alargada y su gran altura), las plantas que necesitan apoyo para crecer -como la monstera deliciosa-, quedan resguardadas bajo las ramas de los árboles sobre los que trepan. Por ese motivo, cada planta está acostumbrada a un tipo de luz: algunas se queman bajo el sol directo y otras lo necesitan para florecer.
Ahora bien ¿Cómo traducimos todos esos matices de la naturaleza a la luz de nuestro hogar?
Luz de semisombra
Para poder aplicar de forma sencilla los tipos de luz que necesita cada planta, te explico los 3 tipos de luz en los que puedes clasificar tus plantas fácilmente:
01Plantas de sombra:
Son aquellas especies que no resisten los rayos directos del sol (bien sea en exterior o a través de una ventana). El motivo es que el sol, por débil que sea, quema con facilidad sus hojas, lo que se traduce en unas manchas marrones irregulares. Dentro de este grupo de plantas se encuentran las calatheas, las marantas, las monsteras…
Luz de sombra
Plantas de sol directo:
Aquellas especies que no sólo toleran sino que necesitan recibir sol directo -como te comentaba antes, también se considera sol directo a los rayos que pasan a través de una ventana). Dentro de este grupo están los cactus, las suculentas, olivos, los cítricos, plantas con flor como el geranio o la petunia…
Luz de sombra
Plantas de semisombra.
Éste es el concepto que más confusión genera dada su ambigüedad. Digamos que la semisombra es un híbrido entre los dos anteriores: plantas que necesitan luz más brillante que las de sombra pero que no resisten la intensidad del sol directo, especialmente el de las horas centrales del día. Para conseguir este tipo de luz podemos colocar nuestras plantas en un lugar donde reciban sol durante las primeras horas del día (ya que su intensidad es menor) o a través de una cortina finita, que tamizará los efectos más agresivos del sol. Dentro de este grupo podemos encontrar las alocasias, begonias, ficus, orquídeas, anturios…
Sol directo
¿Y cómo saber el tipo de luz que necesita mi planta?
Por mi experiencia, en plantas de interior, la gran mayoría se benefician de condiciones en semisombra. Solo debes tener en cuenta que en invierno es más probable que resistan un sol más intenso (ya que quema menos), y que en pleno verano sea recomendable resguardarlas un poco (especialmente del sol de mediodía). Si tienes dudas, también puedes buscar el origen de la planta, muchas veces nos da una buena pista sobre el tipo de luz que puede necesitar.
También te recomiendo que tengas en cuenta el clima en el que vives: en un clima templado y húmedo, las plantas resistirán mucho mejor el sol directo, ya que estarán mucho más hidratadas. En los climas más extremos y secos debes tener cuidado especialmente en verano, ya que los efectos de las altas temperaturas y el sol directo son mucho más evidentes.
Y ahora que ya conoces los tipos de luz para tus plantas, procura buscar un sitio adecuado para ellas ¡notarás el cambio!
¡Un abrazo! Natalia @enabrilhojasmil
Sol directo