Rastrillar es una tarea de limpieza que consiste en la limpieza y eliminación de suciedad y otros elementos esparcidos por los suelos de tierra o arena. Así, al rastrillar se consigue mantener limpias las zonas verdes completamente limpias y libres de restos de hojas secas, ramas, heno, paja, papeles y piedras, aportando un aspecto homogéneo y pulcro al césped. También es un término que se utiliza en agricultura para referirse a la acción de pasar la rastra por un terreno para allanarlo.
Para realizar esta tarea es esencial contar con un rastrillo. Una herramienta que resulta idónea tanto para quitar objetos del césped o del suelo, como para preparar la tierra para tareas como la siembra de semillas, bulbos o esquejes. Hay numerosos tipos de rastrillos, desde los rastrillos específicos para rastrillar hojas a rastrillos de púas de plástico y sus anchos cabezales, especiales para realizar un barrido profundo en épocas como el otoño.
Los rastrillos son piezas compuestas por una parte de metal con unas púas largas y abiertas para efectuar el rastrillado, y un largo mango de madera que permite trabajar con la herramienta sin tener que agacharse.
Otra herramienta también empleada para rastrillar son los rastrillos para limpiar cepillos y peines. Un accesorio que permite retirar los cabellos que se han quedado en las púas o en las cerdas de peines y cepillos al objeto de mantenerlos en perfectas condiciones y con la pulcritud que requieren. Se pasa rastrillando la superficie del cepillo para retirar todos los restos.