El pH es un valor que mide la acidez o la alcalinidad de una disolución, aplicándose también a los productos de limpieza. La medición del pH sigue una escala que va desde el 0 al 14, considerándose ácidos todas aquellas disoluciones que presenten un valor por debajo de 7 y alcalinas, aquellas que oscilen entre el 7 y el 14. El pH neutro es 5,5, el pH de la piel.
El término pH significa potencial hidrógeno, siendo definido por el químico danés Sørense. Unas mediciones que muestran si las soluciones tienen una mayor concentración de iones de hidrógeno, como es el caso de las soluciones ácidas, o si tienen una menor concentración. Las soluciones básicas o alcalinas presentan una concentración menor de iones, acercándose en la escala al número 14.
Las ácidas suelen aproximarse más al 0, alcanzando las sustancias ácidas valores inferiores al 7. Tanto los limpiadores ácidos como los básicos precisan proteger la piel al utilizarlos, ya que son irritantes al estar por encima o por debajo del pH neutro.
La medición del pH se realiza con un potenciómetro o pH metro, siendo posible emplear también un papel indicador o papel tornasolado. Un papel cuyos componentes indican cuál es el pH de una disolución según el color que adquiere el papel al sumergirlo en él.