El moho es un tipo de hongo que provoca la descomposición o biodegradación de la materia orgánica. Un moho que suele aparecer en ambientes húmedos y cálidos, propagándose y extendiéndose por las superficies en forma de manchas negruzcas en suelos, techos y paredes o viajando por el aire. El moho es muy resistente, especialmente sus esporas, siendo incluso capaz de sobrevivir en condiciones adversas.

El moho presenta numerosas variedades, contándose unos 100.000 tipos de moho, siendo alguno de ellos perjudiciales para la salud. Los mohos tóxicos pueden causar todo tipo de reacciones, llegando incluso a generar infecciones en aquellas personas más frágiles, como las personas alérgicas, o en las más expuestas al moho. 

Las goteras y filtraciones de agua, la condensación, la falta de ventilación de sitios con humedad son algunas de las causas de la aparición del moho. Un moho que va afectando a todos los materiales, desde al papel a las telas, maderas, pieles, entre otras, deteriorándolas y afeando su aspecto. Para eliminar el moho es preciso ventilar bien las zonas afectadas y limpiarlas con productos específicos.

Así, pueden emplearse productos absorbe-humedades para reducir y paliar los efectos de la humedad, además de limpiar las manchas de humedad con productos antimoho o con productos caseros como el vinagre blanco de limpieza.