La limpieza en seco es la limpieza de prendas que no puede sumergirse en agua al deformarse, deteriorarse, cambiar de color y encogerse. Este proceso es utilizado en lavanderías y tintorerías recurriéndose al uso de disolventes para eliminar las manchas y la grasa que haya en la prenda. Los disolventes empleados suelen ser el percloruro de etileno, fluidos siliconados e hidrocarburos. Unos líquidos que no llegan a penetrar en las fibras, pero sí disuelven la grasa y el aceite, limpiando el tejido en profundidad.
A la hora de realizar una limpieza en seco es fundamental revisar previamente la etiqueta del fabricante para conocer cuáles son las instrucciones de lavado y la composición textil de la prenda. Una de las mejores maneras de asegurarnos de que estamos eligiendo el método y los productos adecuados. Así, en función de la letra que aparezca en el símbolo circular registrado en la etiqueta tendremos que decidirnos por perclorotileno (P), siloxano si aparece un Si e hidrocarburos si se incluye una HC.
Tras clasificar la prenda según color y el grado de suciedad se procede a eliminar las manchas con el producto propicio para desmanchar y, una vez limpia la prenda, se procede a plancharla.
Las prendas que suelen precisar de lavado seco son las prendas delicadas, aquellas que cuentan con adornos o apliques de diferentes materiales, las prendas de lana, la ropa de seda, la de rayón o viscosa, el nailon, así como otras prendas como la ropa de cuero, ropa con plumas o con forros y entretelas que puedan encogerse.