Una limpieza de fin de obra engloba una serie de tareas cuyo objeto final es eliminar toda la suciedad que se ha ido acumulando durante una obra o una reforma. Un tipo de suciedad que suele acumularse en grandes cantidades y que a veces es difícil de quitar al haber pasado tiempo desde que cayó la mancha hasta que puede actuarse para retirarla. Un tiempo durante el que la suciedad se ha incrustado mucho y se hace preciso recurrir a los servicios de profesionales y a procedimientos y productos técnicos para poder eliminarla sin dañar las superficies en las que se encuentran.
Las empresas especializadas en limpiezas de fin de obra realizan siempre una visita previa de las instalaciones para evaluar el estado en el que se encuentran y establecer un plan de actuación con las tareas que es preciso efectuar, así como los productos y maquinaria que precisan.
Una limpieza fin de obra suele incluir las siguientes tareas:
- La eliminación de productos como los restos de cemento, yesos y otros restos minerales, así como los de todo tipo de pintura, tanto interior como exterior, barnices, siliconas y pegamentos, entre otras sustancias.
- La limpieza de superficies como cristales, azulejos y baldosas, aparatos sanitarios, limpieza de madera, puertas, escaleras, barandillas y ascensor.
Una limpieza que también incluye tener que retirar todos los escombros, cartones, envoltorios y las etiquetas adhesivas que hayan quedado en cristales y ascensores. Además, suele ser importante la limpieza de paredes y techos para retirar todos los restos de polvo que hayan quedado tras lijar y barnizar superficies de madera o taladrar para la instalación de mobiliario, entre otras tareas.