El flotulante es una sustancia que induce a la floculación, es decir, a la combinación o agregación de partículas sólidas suspendidas.
Este llamado proceso de floculación consiste en desestabilizar las partículas coloidales a través de la adición de lo que se conoce como floculante. Lo que hace el floculante es neutralizar las cargas electrostáticas de los compuestos en disolución, de forma que consigue reducir las fuerzas de repulsión entre ellos. Por este motivo las partículas tienden a unirse entre sí y forman flóculos cada vez más grandes.
La aplicación más común de esta técnica es en purificación de aguas en el que se forman los flóculos con la finalidad de que los procesos de filtración se puedan eliminar con mayor facilidad.
Los floculantes se utilizan también en el ámbito doméstico. Su uso más común es en el mantenimiento de piscinas en las que el agua se ha vuelto turbia por la acumulación de diferentes partículas en suspensión. El tratamiento se realiza con el nivel adecuado de cloro y el pH ajustado, una vez finalizad el momento del baño.
Este tratamiento se deja actuar durante toda la noche y es a la mañana siguiente, con el limpia fondos y la bomba de agua en posición de desagüe, cuando realmente se eliminan los restos depositados en el suelo. De esta forma se deja la piscina mucho más clara y limpia y segura para su uso. En los autolavados también se utiliza este proceso, con la finalidad de reutilizar las aguas y conservarlas en un mejor estado para su uso.