El concepto de centrifugar viene del uso de la fuerza centrífuga. En este proceso, se pueden separar sólidos de líquidos de diferente densidad por medio de una fuerza giratoria, algo que se ve habitualmente en el uso de las lavadoras en el hogar.
Cuando hablamos del centrifugado en el ámbito doméstico nos referimos a una operación que realiza la lavadora mediante la que reduce el 50% de la humedad de las prendas de ropa. La velocidad que toma una lavadora se mide en revoluciones por minuto (rpm), es decir, el número máximo de vueltas que puede dar ese motor en ese tiempo, un minuto.
Para valorar el nivel de centrifugado en una lavadora, se tiene que tomar en cuenta que cuantas más revoluciones tenga un programa, menos humedad tendrá la ropa.
Actualmente se pueden encontrar en el mercado diferentes modelos de estos electrodomésticos que tienen características diferentes en este ámbito. En el caso de las lavadoras de 600 rpm estas dejan el 80% de la humedad en la ropa. Por otra parte, las lavadoras de 800 rpm, dejan un 60% aproximadamente y los aparatos de 1400 rpm llegan a absorber más de la mitad de la humedad en las prendas de ropa.
El proceso de centrifugar se realiza siempre cuando la ropa ya está limpia, para eliminar gran parte de la humedad. Lo cierto es que esta función no seca del todo las prendas, simplemente hace que no estén completamente mojadas y no se produzca el goteo cuando se retiran. En una lavadora también se puede seleccionar un programa de centrifugado para la ropa que se ha lavado a mano, ayudando a que esta se seque más rápido.