Producto desinfectante que cumple con la Norma UNE-EN 13697 frente a cuatro grupos de bacterias: Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Enterococcus hirae.
Estos productos producen la muerte de las bacterias y pueden surgir en diferentes formas. Por un lado, en la naturaleza, ya que algunos organismos producen sustancias bactericidas de una forma natural como método de defensa. Además, existen una amplia diversidad de plantas cuyo efecto bactericida se ha empleado tanto en la medicina tradicional como en la actualidad.
Una sustancia bactericida común es la Lisozima, que está presente en la saliva, las lágrimas y los mocos y protege las mucosas relacionadas con la nasofaringe. Esta sustancia produce la muerte de las bacterias en el momento en el que se están multiplicando, rompe los enlaces entre las moléculas de peptidoglicano que forman la pared celular de las bacterias gram-positivas. Otro bactericida común es el antiobiótico, generado de forma sintética para combatir las infecciones en personas y otros animales.
Por último, los bactericidas de uso higiénico para la limpieza de superficies se elaboran también de manera artificial. Estos sirven para eliminar las bacterias en muebles o habitaciones que, en caso de que se reproduzcan, podrían pasar al ser humano y producir enfermedades o diferentes problemas. Son especialmente importantes a la hora de desinfectar espacios como la cocina, que está en contacto con los alimentos, o el cuarto de baño.