La vuelta al cole, con sus horarios y rutinas, plantea cada año en muchos hogares el quebradero de cabeza de la conciliación familiar. Y no sólo por poder combinar momentos de ocio con el cumplimiento de las obligaciones habituales, si no también por poder atender las necesidades de limpieza y organización en casa.
Por eso un buen plan de limpieza, basado en las rutinas familiares y en la disponibilidad e implicación de todos, es una buena herramienta para conseguir la ansiada conciliación.
Rutinas
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de preparar este plan, son las rutinas habituales de la casa, porque la frecuencia de uso de los espacios determinará también la frecuencia de limpieza que debemos asignarle en nuestra planificación.
Por ejemplo, no será necesario dedicar el mismo tiempo a limpiar el baño de servicio que se usa de vez en cuando, que el baño que está cerca de las habitaciones y que usamos a diario.
Es conveniente tener en cuenta si se come o no en casa todos los días, cuales son las zonas de entrada y salida a la vivienda, si tenemos mascotas en casa, o dónde dejamos los zapatos cuando llegamos.
En definitiva se trata de analizar bien el día a día de la familia!
“Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de preparar este plan, son las rutinas habituales de la casa, porque la frecuencia de uso de los espacios determinará también la frecuencia de limpieza”
Zonificación
El tamaño de nuestra vivienda también va a influir en la forma en la que organicemos la limpieza, en qué lugar vamos a ubicar lo que necesitemos para hacerla, y cuales son los productos que vamos a utilizar.
Por eso una vez que hayamos analizado nuestras rutinas vamos a asignar a cada estancia una prioridad de limpieza, podemos utilizar una escala numérica de intensidad del 1 al 3, donde 1 es poco uso y por tanto la limpieza puede reducirse a una vez a la semana y 3 sería el máximo, por ejemplo la cocina y baños tendrían la máxima prioridad, en nuestro plan tendrían un 3 y se limpiarían todos los días.
También podemos optar por una clasificación por colores, si hacemos esto último podremos utilizar el mismo color para los trapos o bayetas que utilicemos en esas zonas.
Dentro de cada estancia podemos también hacer subdivisiones, en la cocina la nevera no es necesario que la limpiemos todos los días, pero si como mínimo una vez a la semana, que puede coincidir con el día que hagamos la compra.
En cualquier caso la distribución de tiempos y horarios que hagamos para cada zona va a depender de la disponibilidad de las personas que intervengan en el plan de limpieza, por lo que antes de asignar días y horas deberemos tener claro quien puede hacer qué, así conseguiremos tener un plan de limpieza totalmente adaptado a nuestras necesidades de tiempo.
"El tamaño de nuestra vivienda también va a influir en la forma en la que organicemos la limpieza, en qué lugar vamos a ubicar lo que necesitemos para hacerla, y cuales son los productos que vamos a utilizar"
Importancia de los productos
Es muy frecuente encontrar en las casas una gran acumulación de productos de limpieza, y a menudo no sólo en un armario, si no en varios lugares. Esta costumbre, además de quitar mucho espacio, nos exige tener que revisar de forma continua la caducidad y estado de dichos productos. Por eso es preferible reducir la cantidad de los mismos a sólo aquellos que estemos utilizando, y a ser posible consumir productos que sean multiusos, o que puedan ser susceptibles de aplicarse a diferentes superficies. La gama de KH7, ya sea en su versión clásica desengrasante, como aquellas más específicas para textiles o para baños, pueden ser una buena forma de conseguir este objetivo de reducir la acumulación.
Tendemos también a comprar productos de diferentes marcas que sirven para los mismo con el fin de probar, y cuando lo hacemos, si no nos han convencido acabamos dejándolos arrinconados, porque ya tenemos otros que cumplen esa función.
Así que una buena recomendación para evitar esto sería repasar todo lo que tenemos, escoger lo que de verdad utilizamos y sabemos que es efectivo en la limpieza, y sólo comprar un repuesto cuando se esté acabando. Seguro que tienes más de 3 limpiacristales diferentes!
“Es preferible reducir la cantidad de los productos a sólo aquellos que estemos utilizando, y a ser posible consumir productos que sean multiusos, o que puedan ser susceptibles de aplicarse a diferentes superficies”
La ubicación
Por último, una vez que hemos confeccionado nuestro plan en función de nuestras rutinas y disponibilidades horarias, hemos elegido bien los productos en los que confiamos y sabemos que son efectivos, reduciendo en lo posible la acumulación de los mismos, es el momento de ubicar estos productos, y para ellos vamos a volver a nuestro plan. Lo más habitual es tener una armario en la galería o debajo del fregadero donde guardamos todo lo de la limpieza, pero si vivimos en una casa de más de una planta, quizás es más práctico tener dos puntos de limpieza que nos den cobertura a las diferentes plantas sin tener que estar subiendo y bajando. Podemos asignar un armario principal donde estará todo, y en otros puntos de la casa tener solo aquello que necesitemos para limpiar en esas zonas. De esta manera ahorraremos tiempo, y no mezclaremos productos ni trapos.
En definitiva si analizamos bien nuestras rutinas, priorizamos de forma adecuada, adaptamos la disponibilidad de tiempos y escogemos los productos de limpieza adecuados sin acumular y ubicándolos en aquellos puntos de la casa más cercanos a dónde debemos utilizarlos, conseguiremos ahorrar tiempo en la limpieza de la casa y ganarlo para nuestro ocio y descanso!