Si ya has tenido alguna planta, habrás visto que proporcionándole dos cosas muy básicas puedes mantenerla con vida: agua y luz natural. Si bien estos simples cuidados son suficientes para que sobreviva, a veces necesitan una ayuda extra por nuestra parte para poder crecer sanas y libres de plagas y enfermedades. Y es que una planta fuerte y con los nutrientes correctos, es capaz de hacer frente a ataques externos con una tasa de éxito mucho mayor.
En este post te cuento qué tareas de mantenimiento ayudarán a tus plantas a lucir en perfecto estado:
01Nutrientes
En su hábitat natural, las raíces de las plantas se encuentran inmersas en un ecosistema rico en los nutrientes que necesitan para hacer correctamente la fotosíntesis (y por tanto, vivir). Ese ecosistema se retroalimenta a sí mismo gracias a la presencia de insectos, plantas, agua…y genera los suficientes macro y micronutrientes para la planta en cuestión.
Cuando plantamos una planta en una maceta y la ponemos dentro de casa, ese ecosistema no puede regenerarse solo: los nutrientes del sustrato son finitos y por tanto, debemos reponerlos. Te recomiendo que fertilices tus plantas todos los años, especialmente en primavera y verano, y siguiendo las instrucciones del fabricante (ya que un exceso de nutrientes también puede ser perjudicial para nuestras plantas).
Te recomiendo que fertilices tus plantas todos los años
Trasplante
Como veíamos antes, los nutrientes en una maceta son finitos, y la calidad del sustrato, también. La gran mayoría se degradan con el paso del tiempo o la acción del sol, la calefacción…incluso del crecimiento de las propias raíces, que a menudo llegan a salir por los agujeros de la maceta en busca de espacios más amplios.
Como norma general, te recomiendo trasplantar siguiendo los siguientes criterios:
- Al adquirir una planta, si ves que el sustrato está en mal estado (no drena el agua, está acartonado…)
- Cuando veas que las raíces salen por los agujeros de la base de la maceta.
- Cada dos años.
Lo ideal es que escojas una maceta ligeramente mayor que la anterior (de 2 a 4 cm más de diámetro) y que busques el sustrato más adecuado para cada tipo de planta.
Cuando veas que las raíces salen por los agujeros de la base de la maceta trasplantala
Limpieza de hojas
Si has tenido plantas de hoja grande, habrás visto la facilidad con la que se llenan de polvo. La suciedad impide que la planta realice la fotosíntesis de forma óptima. Pero es que además, revisar las hojas a fondo con asiduidad puede ayudarte a detectar plagas o enfermedades de forma temprana.
Algo clave para combatirlas. Para limpiar sus hojas basta con un paño de tela húmedo. Verás como además de ser una tarea relajante, ayuda a que tus plantas luzcan mucho más bonitas y sanas.
Para limpiar sus hojas basta con un paño de tela húmedo
Corta por lo sano
Incluso en las plantas más sanas puede aparecer alguna hoja amarilla, una flor marchita o una punta seca. A menudo no tienen por qué ser síntoma de algo preocupante, tan solo el resultado de su ciclo de vida natural. Sin embargo, sí son un gasto energético importante para la planta, ya que debe alimentar esa hoja o flor sin que ellas estén aportando “su granito de arena” al balance energético de la planta. Cuando veas una hoja amarilla o cuando una flor esté muriendo, córtala sin miedo desde la base de su tallo. Tu planta lo agradecerá.
Corta sin miedo las hojas amarillas
No te olvides de los cambios de estación
De la misma manera que nosotros cambiamos la ropa de nuestro armario en las distintas temporadas, muchas plantas también necesitan ese “cambio de armario”. Y es que en nuestras casas no entra la misma luz en invierno que en verano. Tampoco hace la misma temperatura o hay la misma humedad (especialmente si encendemos la calefacción).
En otoño y primavera, te recomiendo que analices la ubicación de tus plantas y te plantees acercarlas más a la ventana (si necesitan luz y es invierno) o alejarlas de la calefacción (si la compraste en verano y la pusiste cerca de un radiador). Aunque no les gusta estar cambiando constantemente de sitio, un cambio cada seis meses no solo no es perjudicial, sino que a menudo es clave para darles las mejores condiciones posibles.
Con estas sencillas tareas de mantenimiento verás cómo tus plantas viven muchos más años y crecen en buen estado. Y por supuesto sin olvidar el riego y la iluminación. ¡Verás cómo lo agradecen muchísimo!
¡Un abrazo! Natalia
En nuestras casas no entra la misma luz en invierno que en verano