Para ello vamos a rociarlas con agua tibia, le sacamos las plantillas si es posible y si queremos hacer una limpieza más en profundidad le quitamos las cordoneras.

Una vez empapadas en agua con un quitamanchas potente vamos a echarle en las zonas más sucias o donde estén manchadas. Lo dejamos actuar unos segundos y a continuación frotamos con un cepillo.

Teniendo ya las manchas frotadas echamos en el recipiente de agua solo unas gotas de detergente sin excedernos para que no nos haga mucha espuma. Las metemos a remojo y con el cepillo le vamos frotando esta vez sí por toda la zapatilla y también por las plantillas.

Para finalizar solo nos quedaría enjuagarlas con agua limpia un par de veces y dejarlas secar.

Una vez secas volvemos a poner plantillas y cordones en el caso de haberlas quitado.