Una de las tantas preguntas que nos hacemos a la hora de convertirnos en padres y madres por primera vez es cómo limpiar los biberones, sacaleches y otros artículos relacionados con la lactancia.
Si preguntamos a nuestras madres y abuelas seguramente nos van a indicar que hay que esterilizarlos después de cada toma. Pero lo cierto es que esa creencia ha quedado bastante obsoleta con el paso del tiempo. Hasta el momento ni la Organización Mundial de la Salud ni ninguna asociación de pediatría ha manifestado la necesidad de la esterilización. Sí es verdad, que no está demás que antes de usar alguno de estos artículos (ya sean tetinas, biberones, sacaleches o pezoneras) se esterilicen.
¿Cómo se esteriliza?
Para esterilizar este tipo de artículos no hay que complicarse mucho. Se puede esterilizar hirviéndolos en agua, evitando que toquen las paredes de la olla para que no se deformen, en aparatos específicos de esterilización o en el mismo microondas. Existe la posibilidad de lavarlos en el lavavajillas a la máxima temperatura posible. Aunque no alcance los 90º recomendables para acabar con las posibles bacterias, sí que será bastante efectivo.
Se puede esterilizar hirviéndolos en agua o lavarlos en el lavavajillas a la máxima temperatura posible
Y después, ¿cómo lo limpiamos?
Lavar los artículos con agua caliente y jabón.
El jabón puede ser cualquiera que tengamos para lavar los platos habitualmente, aunque hay marcas de puericultura que tienen el suyo propio. Lo importante es que no quede resto de leche en ninguna parte. Un resto de leche se puede convertir en caldo de cultivo para las bacterias que pueden contaminar el biberón. Para llegar al fondo de lo que es el recipiente del biberón o de la tetina nos podemos ayudar de cepillos específicos para ello o de un cepillo con un palo largo que nos permita llegar hasta al fondo.
02Aclarar bien.
Es obvio que tampoco puede quedar ningún resto de jabón por lo que el aclarado es fundamental. En este punto es importante aclarar que no por echar más jabón se quedan las cosas más limpias. Hay que seguir los consejos del fabricante para utilizar la cantidad de producto idóneo y luego poder aclara bien.
03Secar todo antes de guardarlo.
Con dejarlo al aire en una superficie limpia y seca, es más que suficiente. El peligro de secarlo con un paño es que puede dejar restos de pelusas.
La clave es hacerlo muy bien después en cada una de las tomas. El proceso es muy sencillo y en tan solo en 3 pasos volverán a estar limpios.
Lo importante es que no quede resto de leche en ninguna parte. Un resto de leche se puede convertir en caldo de cultivo para las bacterias que pueden contaminar el biberón.
Y una vez que esté completamente seco, ya se podría guardar para volver a usarlo cuando fuera necesario.
En el caso de las tetinas, pezoneras o saca leches se deben limpiar siguiendo el mismo procedimiento.