Una chimenea en casa es todo un lujo para esos días de frío en los que la calefacción no consigue elevar la temperatura. El calor de la chimenea es reconfortante y agradable, además de crear un ambiente acogedor y placentero.
Lo único de lo que es preciso preocuparse es de su limpieza y mantenimiento para que no se acumule hollín y se produzcan problemas de mala combustión, un mayor consumo de leña, salida del humo hacia la habitación y menor potencia calórica. Una serie de problemas a los que es preciso hacer frente para poder disfrutar del calor de nuestra chimenea antes del invierno.
Pero ¿cómo limpiar la chimenea? En este artículo te mostramos como limpiar y mantener una chimenea en buen estado.
¿Qué métodos de limpieza de chimeneas existen?
En la actualidad existen numerosos métodos para limpiar una chimenea, entre los que se destacan:
- Uno de los métodos más tradicionales es la limpieza con cepillo de alambre, uno de los más prácticos y eficaces, además de necesitarse solo un cepillo deshollinador.
- El tronco deshollinador es otro utensilio empleado para limpiar una chimenea, siendo uno de los métodos más rápidos para retirar toda la suciedad. Estos troncos están tratados con sustancias químicas que ayudan a que al quemarse vayan limpiando al favorecer que la suciedad se desprenda.
Cuanto más se usa este método, mejores resultados se obtienen. Así conseguiremos que la creosota se vaya soltando de forma rápida, siendo preciso acudir a otros métodos complementarios para eliminar los restos de hollín. - La grava es otro productor que permite limpiar las chimeneas de leña. Se suele meter a grava en una bolsa de tela y frotar con ella las paredes de la chimenea e ir arrastrando la suciedad y el hollín.
- Por último, también existe una serie de productos naturales y productos químicos que facilitan mucho la limpieza de las chimeneas, si bien es importante leer bien las etiquetas para evitar productos demasiado agresivos que puedan dañar los ladrillos. Entre los productos naturales se encuentran las limpiezas con vinagre y agua o lavavajillas con bicarbonato de sodio.
¿Cómo limpiar la chimenea paso a paso?
La chimenea ha de limpiarse una vez a la semana si la usamos a diario, ajustando la periodicidad de las limpiezas a la intensidad de uso. Entre los pasos a seguir:
Lo primero que tienes que valorar a la hora de limpiar una chimenea es contar con todos los materiales y útiles necesarios para limpiar la chimenea. Son los siguientes:
- Una tela gruesa para cubrir toda la zona próxima a la chimenea, así como telas o papel para cubrir los muebles y evitar que se llenen de hollín y polvo.
- Unos guantes, mascarilla, gafas de protección ropa que no te importe que se ensucie y los productos de limpieza y útiles que precises.
Después, ya puedes comenzar con la limpieza. Aquí te indicamos el paso a paso que deberás seguir:
- Retira las cenizas y la leña que haya quedado a medio quemar. Para ello es preciso emplear un recogedor de metal.
- Para que quede perfectamente limpio, pasa una escobilla pequeña para retirar todos los restos de cenizas que queden.
- Pasa un cepillo de ceras metálicas por las paredes y el techo de la chimenea. El cepillo ha de pasarse de arriba hacia abajo y siguiendo un orden para asegurarnos que no queda ningún rincón sin limpiar.
- Con un aspirador haz una limpieza en las zonas más difíciles como las juntas y rincones.
- Limpia en profundidad las paredes de la chimenea con un producto especial para ello o con una solución de vinagre diluido en agua. Tendrás que dejar el producto en reposo durante unos minutos y retirarlo con un paño humedecido en agua caliente.
- Por último, limpia el cristal de la chimenea con un paño humedecido en agua y vinagre blanco de limpieza. Frota bien y seca con un paño seco y suave.
- También es importante deshollinar la chimenea cada dos o tres años, dependiendo de la periodicidad con la que se utilice. Este tipo de tareas es importante darlas a hacer a profesionales para evitar riesgos de intoxicaciones con gases, fuego u otros accidentes.